En la obra "El Avaro" se refleja claramente cada una de las vivencias y costumbres que se emplean en la época de la ilustración, tomando como enseñanza y reflexión las críticas de cada uno de los defectos que rodeaban al personaje de Harpagón, como tal, pues era una persona demasiada avarienta y tacaña, el cual acomodaba las cosas a su conveniencia, para obtener beneficios económicos rentables, por esto quiso involucrar a sus hijos (Cleanto y Elisa), queriéndolos casar a su modo, sin importar lo que ellos pensaran, pues para el lo más importante era la riqueza material y posición económica, dejando a un lado las cosas que realmente son importantes como el amor que sentían sus hijos hacia personas como Mariana y Valerio, sin importar el dinero ya que lo más importante para ellos era el amor.
